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Acuarelas 2021: Serie Niños: Expuestos en el Hotel Averroes
"Cálido Refugio" Acuarela. Medidas 42x30 350€
"Niño con acordeón" Acuarela. Medidas 42x30 450€
"Niña con ciervo" Acuarela. Tamaño 42x 30 400€
"Lluvia" Acuarela 30 x 21 400€
"Miranda" Acuarela sepia y oro. Colección particular.
"Niña con Gato" Acuarela 200€
"Miranda con búho rojo" Acuarela Tamaño 40x30 Colección particular.
"Niña con cartas" Acuarela Tamaño 30x21 250€
"Niña de ojos marrones" Acuarela Tamaño 30x21 250€
"Niño en tienda de animales" Acuarela Tamaño 40x 30 330€
"Niña con corona" Acuarela Tamaño 30x40 330€
"Niña peliroja" Acuarela Tamaño 30x21 250€
"Joel y Noa" Acuarela Colección Particular
"El Cascanueces" Acuarela Tamaño 40x32 400€
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C R I T I C A S :
A veces, un regalo de la
infancia puede marcar para siempre el resto de nuestra vida. Algo así, le
ocurrió a Isabel A. Carrión, cuando siendo aún una niña, sus abuelos le
obsequiaron con un libro que incluía, entre otras, fotografías de la Mezquita
de Córdoba y que despertó en ella una curiosidad por el mundo árabe que ya
nunca ha dejado de acompañarla.
Con el tiempo, mezcla de su
interés creciente y de su afán investigador, Isabel convertía la cultura
islámica en su principal objeto de formación y estudios académicos, pero sobre
todo, en una auténtica pasión que ha guiado su trayectoria profesional y
personal.
Ahora, tras su
participación en una dilatada serie de exposiciones y actividades culturales diversas, dentro y
fuera de nuestras fronteras, Manuscritos iluminados del Islam viene a
ofrecernos un nuevo ejemplo de sus conocimientos y enorme sensibilidad
artística. Se nos muestra así, ante los ojos, un recorrido, sin precedentes,
por algunas de las más bellas obras que nos han dejado distintas escuelas
caligráficas del mundo musulmán durante siglos de historia.
Con Manuscritos
iluminados del Islam, la artista cordobesa nos brinda la oportunidad de
contemplar una joya de belleza excepcional a través de la innata habilidad de
sus manos, su trazo maestro, fino y delicado hasta el extremo y una precisión
infinita en busca del último detalle.
Con ellos, con la luz con
que Isabel Carrión ha sabido mirar estos manuscritos, sin duda ha logrado, de
forma magistral, revelarnos algo más sobre el alma de la cultura islámica y con
ella, algo más también sobre la huella que dejó en esta tierra. Una huella que
ha marcado para siempre la senda de nuestra identidad como pueblo, nuestro modo
de ser y sentir la vida.
Gracias a Isabel por querer
compartir su arte con su ciudad y por entregarnos generosamente sus
conocimientos. Córdoba lo merece.
Rosa Aguilar Rivero
Alcaldesa de Córdoba
ESTANCIAS EN EL RECUERDO:ISABEL CARRIÓN
La vida artística de Isabel Carrión se caracteriza por una constante búsqueda. Nada escapa a su espíritu de investigación y después de deambular por diversos senderos del Arte, desde el comic a las reproducciones de mocárabes y arquitecturas de la Mezquita y de Madinat al-Zahra hasta la exaltación mariana de la Virgen de Linares, en esas acuarelas motivos de sus carteles de romerías.
En sus últimos años, su dedicación ha estado centrada en la reproducción de manuscritos árabes, persas y medievales; textos y dibujos de pasados siglos resucitan con su certera plumilla, obras de anónimos artistas y calígrafos que dejaron sus huellas en estos libros, manuscritos y pergaminos que son recuperados por Isabel Carrión y ofrecidos al conocimiento del gran público en una serie de exposiciones de éxito.
El recuperar la memoria de estos creadores, es una fórmula y singular medio para entender la historia de nuestro pasado, introducirnos en su universo reconstruyendo su mundo mediante estas ilustraciones que nos devuelven, otras costumbres, otras épocas y otras vidas.
Con preciosismo y paciencia de monja medieval, traslada leyendas con sus pinceles, escenas de amor, de la vida cotidiana, de guerras, transportándonos al pasado y dándonos la oportunidad de que nuestra imaginación vuele y se enriquezca con pasajes de otras estancias en el recuerdo.
Algunas veces, en los pergaminos -igual que entonces- incorpora el oro, la plata y el cobre, como si de guadamecíes se tratara, y en los códices medievales de carácter guerrero, observamos como su trazo es más marcado al representar escenas de batallas, diferenciándose del estilo amable e ingenuo que utiliza en el tratamiento de los textos árabes.
Su gran obra, podemos verla reunida en un mismo ámbito, permanentemente expuesto para los miles de visitantes que se acercan a los Baños del Alcázar Califal de Córdoba. En ellos encontramos las ilustraciones de Isabel Carrión explicando con imágenes cada una de las estancias y su utilidad dentro del baño, cultura ancestral que formó parte de una de las etapas más ricas de Córdoba, como fue el Califato.
Estos paneles se han inspirado en descripciones de la liturgia del baño relatados por historiadores de la época, asimismo como complemento a su explicaciones didácticas, incluye una serie de retratos de los califas y la recreación a tamaño natural, de los que hubiese sido en hipótesis, la primitiva fachada de estos baños que formaban parte de los edificios que componían el rico Alcázar Califal.
Las obras de esta artista cordobesa han llegado a casi todos los puntos de la geografía española y han traspasado nuestras fronteras como embajadas de nuestra historia, hasta lugares tan diferentes a nuestra cultura como Inglaterra, Holanda, Alemania, Argentina y E.E.U.U.
MERCEDES VALVERDE CANDIL
Académica Numeraria de la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas
Letras y Nobles Artes. Directora de los Museos Municipales
JOSE SALGERO (Crítico internacional de Arte)
La facultad artística en Isabel constituye su potencia anímica, que la impulsa de manera desbordada a materializar sus profundas vivencias o Erlebnis. Esa materialización, y a través de una metamorfosis, se nos manifiesta en una belleza dibujística, y en ésta, soslayando un tanto su temario o asunto, nos ofrece una interesante adaptación a lo ambiental o circunstancial.
Estas facultades en Isabel son esencialmente activas, pero, al darse también en ella una receptividad o capacidad, podemos aceptar también una actividad pasiva en cuanto esa receptividad, esa capacidad de Isabel de poder y saber recibir el mensaje de todo cuanto realiza y crea. Pero en ese, su recibir, se da un captar, que en este caso concreto se nos manifiesta en un hecho también concreto; sus dibujos. El hecho artístico en Isabel se da cuando en sus obras se alcanza lo cumplido, y entonces, no podemos negar su realidad dibujística. Pero sus dibujos en cuanto "hechos" hay que aceptarlos tal cual son, sin intentar falsearlos ni tergiversarlos, ya que todo intento de ese falsear o resquebrajar una obra de arte, sólo nos conduciría a una destrucción de la obra en su propia esencia, en su íntimo y personal lenguaje; esto es lo que debemos hacer ante toda manifestación artística, por ejemplo la que nos muestra esta artista de difícil pluma. En estas obras que se concretan en un hecho, hay que tener muy en cuenta que, una cosa es el hecho "en sí" y otra muy distina es la idea que podamos tener de ese hecho. Cuando observamos los dibujos de Isabel, estos nos manifiestan un hecho artístico, y no podemos ni debemos "idearlos" a nuestra imagen y semejanza. Esta artista nos habla y nos dice de un mundo o de otros mundos, pero lo que aquí nos interesa es su modo de hablarnos, que no tiene nada que ver con la pura praxis, sino con algo que se encuentra mucho mas allá, mas lejos y sensible.
RENÉ PALACIOS MORE(FRAGMENTO DEL ARTICULO LOS PERSAS DEL DIARIO ROTUNDO)
Carrión recupera la idea plástica persa y, medieval que realiza gracias a sus investigaciones en originales de restringido acceso.
Hay que destacar la capacidad de tratar la pátina con el betún de judea, al punto de sensibilizaar al espectador con realizaciones que parecen llegadas de tiempos lejanos. Esta autora ha optado por situarse entre nosotros con el poderio de un miniaturista o iluminador medieval. El color, preciso, nos devuelve a un Oriente nada restallante, sino embebido en cierto tono de autosatisfacción muy propio de las clases sociales persas que supieron volverse a la representacion de su habitos. Es esta así, una delicada muestra de delicadezas de una Isabel Carrión que cuenta ya con 30 exposiciones, casi siempre de trabajos a plumilla, y que inició hacia el 90. Me animo a hablar, ante ella y ante estos sus manuscritos, de plena existencia de una copista regia.
La
mujer y el cálamo
A Isabel Carrión
La vida, el sentimiento,
la luz, y hasta la sombra, se desperezan en la punta afilada del cálamo.
La mano frágil de la
artista, atenta a la necesidad que el mundo tiene de ella, abandona su regazo y
no tiembla. Se serena en la visión de la musa, y busca sobre el amarillento
pergamino perpetuar aquello que fue negado a ojos mundanos, ajenos, borrachos
siempre de vino y sospechas.
Y envuelta por un
silencio magenta, traza caminos indescifrables hasta que surge el milagro. La
entente suprema entre el precipicio y el vuelo. Es entonces cuando la calígrafa
despereza, al fin, sus alas, mira a la iluminada línea del horizonte, y planea
sobre los estambres de las flores, sobre los pistilos nacarados de los
narcisos, con esa gracia aérea que conocen bien las águilas y el humo del
incienso.
Es en ese momento cuando el humilde cálamo, una vez
más, se consagra en el trazo, convirtiendo su secreta inquietud, su estática
vegetal de siglos, en el gen más puro de un futuro renacimiento humano.
Ahora tintas bermejas, doradas, y negras, tiñen su
quebradiza esencia, prestas para dar a luz los trazos que han de perpetuarse
más allá de la mano tibia, y de los siglos por venir.
El viento corolario ya no estorba a la calígrafa.
Gira alrededor de su cintura de árbol y susurra en su oído palabras, como
“paciencia”, “entrega” “amor” “sentimiento”… y es ese cálamo el más perfecto
apéndice de la mujer, de la mujer artista, de la mujer musa, de la mujer
halcón, montaña, o cíclope.
Y la calígrafa, presa de una extraña liturgia, cree
que ella misma es cálamo, y que por sus venas corre la tinta encarnada que hace
girar al mundo. En su epifanía acerca su boca entintada de añil y violeta,
hasta besar el pergamino. Y sus besos son animales que rugen y acarician, aves
que vuelan, y caballos que buscan pastos más allá del valle, internándose por los
sinuosos caminos que previamente ella ha trazado con una sola idea. La de ir en
busca del color supremo y único, con el que representar la piel que defina a
todas las razas de la tierra.
Alfonso Cost
Escritor